San Blas es un colorido puerto con antiguos monumentos de arquitectura colonial y contemporánea. Este histórico puerto fue el lugar de construcción de grandes embarcaciones y punto de partida de Fray Junípero Serra a la evangelización de las Californias. De hecho fue considerado uno de los más importantes puertos de la Nueva España en el siglo XVIII. Visitar San Blas es trasportarse a otro tiempo, ya que al pasear por sus calles se pueden revivir épocas pasadas en medio del cálido ambiente provinciano. Actualmente está considerado como uno de los sitios turísticos que mantiene aún virgen su entorno ecológico con esteros, marismas, manglares y cientos de aves. En el centro del pueblo se pueden adquirir gran variedad de artesanías de indígenas de la región.
Exaduana Maritima, fue erigida en el siglo XIX con el propósito de controlar el tráfico de mercancías que llegaban al puerto. Actualmente, este edificio que se ubica cerca del muelle, se usa como Casa de Cultura.
El Cerro de San Basilio es también conocido como el Cerro de la Contaduría, esto se debe a los edificios que ahí se encuentran, considerados como algunos de los vestigios coloniales más importantes de la costa del Pacífico Mexicano. En este cerro está el antiguo Fuerte de San Blas también conocido como la Contaduría (actualmente semi-restaurado) y la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario “La Marinera" que data de 1769.
Fuerte de San Blas, también conocido como la Contaduría de San Blas, este edificio data de 1760 y se construyó para proteger el puerto de los constantes ataques de los piratas. Consta de altos y gruesos muros de piedra que bordean el cerro de San Basilio. La construcción cuenta con pequeñas ventanas desde donde se pueden ver espléndidas panorámicas de San Blas.
Actualmente ha sido restaurado y convertido en un museo comunitario en donde se habla de la historia del lugar ya que, además de proteger contra los piratas fue escenario de importantes batallas durante la guerra de Independencia y fue también el lugar en donde se llevaron a cabo algunas batallas durante la invasión norteamericana en 1847.
En el museo también se exhiben algunas piezas arqueológicas y piezas de las embarcaciones que llegaban al puerto.
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario “La Marinera”
Edificada en 1769 recibe el nombre de “La Marinera", este nombre se debe a que los marinos acudían a este templo pidiendo protección para los viajes que realizaban a Las Californias o incluso hasta Filipinas. A lo largo del tiempo el edificio se vio afectado por desastres naturales y conflictos bélicos por lo que sufrió importantes deterioros, hasta que a finales del siglo XIX fue totalmente abandonada. Sin embargo, en los últimos años se ha buscado su restauración por el valor histórico y religioso que tiene.
Muelle de San Blas, este tranquilo puerto cuenta con un bello y moderno muelle. Aquí puedes pasear y disfrutar de la tranquilidad que ofrece San Blas. Además es un lugar en donde se practica la pesca. Desde el muelle se tiene una espectacular vista panorámica de la Bahía de Matanchén. Está construido por una madera especialmente tratada y tiene una longitud de 165 m. Tiene barandas a sus costados lo que lo hace muy seguro. En las noches tiene una excelente iluminación por lo que las caminatas nocturnas son muy agradables.
Piedra Blanca
Es una formación rocosa justa frente a la costa de San Blas, de acuerdo a la cosmovisión Wixarika, este monumento natural fue el primer objeto sólido que se formó en el planeta y lo llaman Tatei Haramara. Es un lugar adonde se siguen realizando peregrinaciones y en su cúspide hay una imagen de Nuestra Señora del Rosario, también conocida como La Marinera.
Cocodrilario Kiekari, su nombre es una palabra huichol que significa “comunidad” y se ubica entre los manglares de la Tovara. Alberga varios cocodrilos de río y de pantano, pero también puedes ver algunos otros animales como guacamayas, coatis, jaguares y venados de cola blanca, entre otros. Es una oportunidad de conocer más sobre la fauna de la región y los recorridos se realizan siempre acompañados de un experto.
Bahía de Matachén, en donde se localiza un centro de cultivo de seis especies diferentes de camarón y almeja; en realidad se trata de un embarcadero con un pequeño muelle donde salen lanchas para visitar el estero de San Cristóbal. Sin embargo, el gran atractivo del lugar se reserva para los surfistas; a unos minutos de Matachén está playa Las Islitas, registrada en el Libro Guiness de récords como la productora de las olas.
Playa los Cocos, se trata de una zona vacacional con opciones playeras para todos los gustos. Pueden hallarse tanto playas tranquilas y apartadas para quienes quieren olvidarse de los problemas habituales de las grandes ciudades y quedarse unos días en hoteles de estilo ecológico, o bien, grandes complejos hoteleros de gran lujo y exclusividad. Uno puede pasar un día de agradable esparcimiento en el lugar, caminando por la playa, utilizando la piscina y saboreando pizza o antojitos preparados con productos del mar en los rústicos restaurantes de la zona.
